This blog has been translated into Chinese, English and Polish.
Rama, mi maestro espiritual en esta vida, pasó por distintos ciclos en su proceso hacia la iluminación. En cada ciclo su energía se volvía más refinada y vibraba en una frecuencia más elevada, lo que se traducía en una estructura energética más potente. Si tú fuiste uno de sus aprendices, entonces tu vibración aumentaba en relación con su vibración. Cuando él cambiaba de ciclo, tú también.
Esto hizo que algunas personas se sintieran como en casa y otras muy incómodas. Rama siempre animaba a aquellos que se sentían incómodos a que fueran en busca de un grupo espiritual más adecuado para ellos. Y siempre, después de que estas personas se marchaban y seguían su viaje, la vibración en la sala de reuniones se sentía diferente.
Asistiríamos a nuestra próxima reunión sangha y Rama diría: «¿Veis qué distinta es la energía ahora?». Y así era. Una semana antes, con tanta gente sintiéndose incómoda, la energía era confusa y pesada. Una vez que estas personas se habían retirado, la energía se percibía serena y nítida.
No había nada de malo con las personas que se sentían incómodas. Simplemente ya no estaban a gusto. Para ellos era momento de seguir su viaje y estudiar algo distinto, algo que estuviera más alineado con su vibración de aquel momento.
Esto es exactamente lo que está sucediendo actualmente en nuestro planeta. La Tierra está atravesando un ciclo de ascensión. Su energía se está volviendo cada vez más y más refinada, y su estructura energética más poderosa. La diferencia entre nuestra situación planetaria actual y la situación de hace años en el grupo espiritual de Rama es que ahora, a medida que nos acercamos a la undécima hora del proceso de ascensión que culmina en el 2012, ¡no hay otro lugar donde podamos ir! Ya no es tan simple como formar parte de un grupo espiritual del que podemos elegir marcharnos. A medida que la vibración de la tierra se acelera, también se acelera nuestra vibración. Y esto hace que muchas personas se sientan sumamente incómodas.
Es como si estuvieras conduciendo por una autopista pisando el acelerador mientras que alguien en el asiento del acompañante pone el freno de mano. Esto no augura nada bueno para el coche, ni para las personas que viajan en él.
Pero esta es la situación en la que nos encontramos a medida que nos acercamos al solsticio del 21 de junio. Todo el mundo es psíquico. Todo el mundo nota grandes cambios en el ambiente. Y muchos se vuelcan al miedo, se aferran al rechazo o intentan desesperadamente ignorar estas cosas.
Así que yo diría que si estás leyendo este blog es porque eres una persona que se siente muy cómoda avanzando a toda velocidad. Si últimamente te has sentido confundido o tenso, quizás no seas tú. Quizás sean las masas que están poniendo el freno de mano.
La otra noche iba caminando por la calle, después de haber cenado en un restaurant, pensando en ir al cine. Pero había tensión en el ambiente. La gente no miraba por dónde caminaba. Algunas personas ni siquiera se daban cuenta de que yo estaba ahí. Mi voz interior me dijo: «súbete al coche y vete a casa». Y eso hice.
Es momento de estar atentos. Es momento de hacer caso a nuestra voz interior. Es momento de saber cuándo salir al mundo exterior y cuándo retirarnos a nuestro espacio personal. No porque tengamos miedo. Sino porque somos espiritualmente astutos.
La undécima hora del proceso de ascensión ya está aquí y nos guste o no, el planeta y su gente están en el ciclo de ascensión.